Nos perseguían por ser indígenas: familiares de ‘falsos positivos’
Continuó la audiencia en la Jurisdicción Especial para la Paz sobre el caso 03 de ‘Falsos Positivos’, perpetrados por miembros de Batallón La Popa en la Costa Caribe.
Para este martes, la JEP indicó que se ahondó en el tema sobre las víctimas de este crimen que se encontraban en estado de vulnerabilidad, entre personas de escasos recursos y poblaciones indígenas.
Una de las familiares de las víctimas que habló fue María Faustina Martínez, hermana de Noemí Pacheco, niña wiwa de 13 años asesinada por miembros del batallón: “Estamos pidiendo a gritos poder ver a los asesinos de mi hermana, quien tenía 2 meses de embarazo”.
“Por qué acabaron con una menor de edad, si mi hermana clamaba que no la asesinaran y la mataron. (…) Mi hermana era campesina como todos los wiwa”, afirmó María Faustina.
Después de eso, el compareciente Efraín Andrade Perea explicó que desde la entrada en vigencia de la Ley de Cooperantes, durante el gobierno de Álvaro Uribe Vélez, se incrementaron las actividades ilegales en el grupo de soldados.
“Los cooperantes eran informantes que eran comerciantes, campesinos y ganaderos, entre otros. Cualquier persona que aportara verdad o mentira era integrante de la red de cooperantes”, dijo.
Volviendo a la situación de los indígenas perseguidos, Neila Arias, hija de Enrique Arias, indígena kankuamo asesinado en junio de 2004, afirmó que fueron los más afectados: “Soy indígena kankuama, nosotros no éramos ningunos guerrilleros, éramos perseguidos por el solo hecho de ser indígenas”.
Agregó la mujer, en medio de las lágrimas, que “yo creo que aquí no hay ningún ‘falso positivo’ que fuera rico. Ahí yo entendí, con razón están matando a los más pobres”.
Finalizó su intervención Neila señalando que por el nombre de su familia debió salir de su hogar: “Nos dejaron huérfanos. A raíz de eso nos tocó desplazarnos de nuestra tierra por tener el apellido Arias. (…) Todos nos perseguían. Y lo viví porque a mí también me señalaron”.