21 noviembre, 2024

Así se mueve la droga ‘express’ en la cárcel Judicial

“Están lanzando, están lanzando…”. Es el llamado de emergencia a través de un radio de uno de los dragoneantes del Inpec, anunciando que, en uno de los patios de la cárcel Judicial en Valledupar, una ‘bola’ de marihuana está siendo ingresada por los lados del techo.

El reloj marca la 1 de la madrugada, hora en que comienza la entrega de la ‘droga express’ a domicilio, la cual inicia desde un recorrido que hacen sujetos en motocicleta, como para desviar la atención de los uniformados que están en las garitas. Pasan una y otra vez, y luego de ellos no se sabe nada sino hasta después de una hora, cuando nuevamente hacen su arribo hacia el penal, lanzan las llamadas ‘bolas’ al patio que quieran; como si fuera una ‘merca’ ya solicitada con anticipación por alguno de los internos.

Cuando cae la droga se activan las alarmas, uno de los funcionarios del Inpec corre a tomarla de sus manos para evitar que los presos se apoderen de ella, pero a veces, es demasiado tarde. Una vez los recluidos en la Judicial logran su objetivo, comienzan a apostar a la distribución del alucinógeno por papeletas que son vendidas más caras que en la calle.

Es este el temor de los habitantes del barrio Sicarare, en Valledupar, luego en donde está situado el centro de reclusión. Pues, vecinos aseguran que, tanto en el día como en la noche, motorizados vestidos de negro rondan por la zona para lanzar las ‘pelotas’ de marihuana; sin embargo, las autoridades están tratando de identificarlos para dar con sus capturas.

Enilda Vázquez, directora de este centro de reclusión, en diálogo con El Heraldo, señaló “las bolas son lanzadas en horas muertas entre la 1 a 2 de la madrugada., la mayoría de veces las alcanzan a recoger los internos, allí vienen celulares, droga y otros elementos. La gente corre, pero a veces los dragoneantes no alcanzan a quitarla. Solamente se está haciendo vigilancia, en las noches se escucha el radio avisando lo que ocurre, eso lo tiran en el patio 2, 3 y 4 y 5”.

Quienes lanzan las sustancias alucinógenas conocen las instalaciones del penal; muchos de ellos han estado solo de ‘paso’ y lograron en su momento hacer negocios con los demás internos.

EL NEGOCIO

Cada vez más crece el negocio. Una ‘bola’ del tamaño de un balón de microfútbol, tiene un alto costo: entre 200 y 300 mil pesos, lo que incluye un celular, droga y otras cosas más.

Todo es solicitado mediante llamadas telefónicas o por terceros, o simplemente los internos se contactan a través de las redes sociales con los vendedores; hasta se cambian los nombres.

Muchas veces los internos que tienen el poder del alucinógeno les fían a sus ‘clientes’, les dan un plazo para cancelar, sino lo hacen terminan golpeándolos y hasta causándole lesiones con arma cortopunzante hechiza, hecha con un pedazo de varilla o de la división de cielo raso y de los cepillos.

El consumo ya es una costumbre, es el pan diario en ese lugar. Así lo manifestó Jorge*, a quien lo llamaremos así por seguridad, el cual señaló a El Heraldo que muchas personas que están allí por cualquier delito terminan en la droga porque no tienen otra solución.

Desesperados porque les toca pagar la papeleta de marihuana’, muchos de ellos llaman a sus familiares para que les consigan dinero y así subsanar la deuda, ya que temen por sus vidas.

“Y es que quien no paga no duerme, así de sencillo. La vida acá no es fácil. A muchos nos da depresión, desesperación, porque queremos salir de acá y estamos privado de la libertad, no podemos hacer nada, nos toca consumir, pedirle al ‘mandamás’ que nos colabore con la droga y hay que pagarla a un alto costo, no podemos hacer más nada”, señaló *Jorge, quien al mismo tiempo expresó, “acá nada más escucha en las noches que llegó la ‘bola’, se refiera a la mercancía. Aquellos que piden esto saben a qué hora llega, cómo y cuándo. Acá nadie dice nada, por temor”.

CONTROLES  

La directora de la cárcel Judicial en Valledupar, Enilda Vázquez, dijo que dentro del establecimiento se llevan a cabo acciones para prevenir estos casos y pide a la comunidad aportar información de cada caso.

“Ellos (los internos), venden las papeletas y el que no pague, lo golpean. Desconocemos cómo se venden allá, ellos no dicen nada, solo dicen que es un ‘cachito’ lo que ofrecen”.

“La situación está controlada, dentro del penal el Inpec estamos haciendo vigilancia y control, pero allá fuera las autoridades de Policía deberían estar más pendientes. Se están recibiendo visitas tipo entrevistas porque el Ministerio de la Protección lo aprobó, pero aquí en la Judicial no porque no queremos más infectados. A las autoridades le pedimos que miren para acá, que ronden más a los alrededores de este sitio”, comentó Vázquez.

La cárcel judicial de Valledupar registra un hacinamiento de más del 300%, ubicada en un sector residencial de esta capital, por lo que se avanza en un proceso para su reubicación.

Hasta el momento las autoridades cuentan con algunas características de los sujetos que estarían detrás del negocio de la droga en el establecimiento penitenciario y carcelario, a estos mismos que les busca por todos lados para dar con sus capturas; sin embargo, el ‘negocio’ de la droga ‘express’ sigue avanzando y parece ser que nadie lo detiene.

POR: CRISTIAN BOHÓRQUEZ/ AL DÍA- EL HERALDO

About Post Author